La incidencia y gravedad de los trastornos infantiles y sus requerimientos de solución justifican en gran parte la existencia de la situación actual. La elevada demanda de los padres ante los problemas de conducta de sus hijos en edad infantil responde a una conjunción de distintas circunstancias y variables. Los padres saben que son responsables de enseñar a sus hijos los hábitos de higiene, aprender a comer a comer, llevarles al colegio para que reciban formación, etc.
Sin embargo, la verdadera educación de los niños se completa con la transmisión de valores que les permitirá convertirse en personas íntegras, vivir en armonía con los demás y distinguir entre lo que es bueno o malo para sí y los otros.
Queremos abordar los temas en profundidad pero con sencillez, hablar con el corazón, sintiendo y poniéndonos en el lugar de los padres y madres preocupados y, a veces desorientados.
Pensamos que es posible la efectividad con afectividad, profesionalidad y sobre cercanía en esta etapa de nuestros hijos son dos elementos equilibrados y necesarios para resolver el problema que tengan. Problemas del sueñ, miedos, timidez excesiva, problemas de conducta, agresividad... son algunas de las situaciones problemáticas que los padres demandan con más frecuencia.
Tomaremos contacto con el malestar que provocan los problemas de conducta y aportaremos estrategias contextualizadas de prevención e intervención integral atendidos de forma interdisciplinar. Desde la complejidad integradora podemos ver los conflictos como una oportunidad para que todos hagamos aprendizajes excepcionales que nos acerquen a la sabiduría. Como dijo Albert Einstein : "Los problemas que tenemos hoy no podemos solucionarlos si seguimos pensando de la misma manera que cuando los creamos" . Se hace necesario por tanto analizar y cambiar algunos patrones de conducta a nivel familiar para que sea más efectivo el cambio deseado en nuestro hijos.
¿Podemos intentar llevar un estilo de vida saludable como prevención de los problemas de conducta? Es difícil pero es posible y es la tendencia más aconsejable. Si observamos que existe un problema con el niño, es mejor acudir a nuestros especialistas cuanto antes y prevenir futuros problemas en una etapa posterior que seguramente el tiempo no hace más que empeorar la situación. Es un trabajo hoy que será el descanso del mañana.
Problemas de conducta
Muchos padres acuden a la consulta del psicólogo por problemas de conducta general. Es quizá el caso más demandado. Los padres están desorientados y la mayoría han leído libros o acudido a charlas de escuela de padres. Lo más usual es que estos problemas de conducta se deban a una forma inadecuada de expresar pautas y límites a los niños, la mayoría de las veces se precisa una terapia familiar para hacer frente a este problema que desordena la armonía general de una casa.
Depresión Infantil y baja Autoestima
Algunos niños tienen autoestima baja, no se sienten queridos o con la atención que ellos creen que necesitan. Ante estos caso, algunos se vuelven más agresivos para llamar la atención, en cambio otros sufren depresión. Otras veces esta depresión es reflejo de una tristeza reinante en su entorno.
Suelen ser niños sensibles, que lloran por todo, que no buscan soluciones a las cosas, se apartan en los juegos de sus compañeros en el recreo, tienen problemas a la hora de comer o dormir...
Es muy importante estar atento a este tipo de comportamiento, ya que se pueden llegar a autolesionar en algunos casos. La aportación de un especialista a tiempo, es muy necesaria.
Ansiedad, estrés
Los niños perciben la ansiedad del entorno y del estrés de sus padres. En otras ocasiones, han vivido cambios importantes en sus vidas, que no saben cómo asumirlos, bien por la muerte de un familiar querido, sus abuelos o uno de sus padres, o un cambio de vivienda o incluso el nacimiento de un hermano.
Estos hechos pueden dar lugar a un cambio en la conducta hacia los demás o en sus hábitos de comida y sueño.
Es importante que sea tratado por un especialista, antes de que se cronifiquen y sea más difícil. Puede dar lugar a un trauma que dure incluso en su vida adulta.
Ansiedad de separación
Es una ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del niño, concerniente a su separación respecto del hogar o de las personas con quienes está vinculado.
Muchas veces llegan a negarse a ir al colegio o tienen pesadillas repetidas con el tema de la separación, o incluso pueden quejarse de síntomas físicos como cefaleas, dolores abdominales, náuseas o vómitos.
En estos casos, es aconsejable que un experto analice la situación y dé pautas a los padres sobre la mejor manera de tratar este problema, pero siempre con paciencia y de una forma graduada.
Miedos, fobias
Muchos niños manifiestan miedos y fobias hacia un objeto específico, bien porque lo asociaron a un hecho aversivo y desagradable o bien por desconocimiento. El miedo a la sangre, a ir al médico, a la oscuridad, a animales grandes o a insectos, suelen ser muy comunes en los niños pequeños. Algunas veces, si tienen mucha imaginación, es posible que tengan pesadillas que no les dejen dormir o que imaginen que les persigue ese animal, creen ver su forma en objetos o sombras que no son reales. Es importante que estos miedos desaparezcan en estas edades o irán en aumento. Además de la inseguridad y la baja autoestima que puede provocar.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
Este es un problema muy frecuente hoy en día. Muchos niños no están diagnosticados pero presentan conductas muy similares y las pautas para su tratamiento también muy parecidas. Son tres rasgos los más comunes: impulsividad, falta de concentración y la hiperactividad. Este último rasgo es el más notorio cuando el niño es más pequeño. En los casos en los que el trastorno se presenta sólo por el déficit de atención es más difícil detectarlo hasta que avanza en sus estudios y manifiesta esta dificultad para estudiar. Alrededor de los cinco años ya se puede diagnosticar este trastorno de forma conjunta entre el neurólogo y el psicólogo. El tratamiento, dependiendo del caso, también suele ser combinado farmacológica y psicológicamente.
Problemas de eliminación (enuresis y encopresis)
En primer lugar es adecuado descartar una problemática de tipo físico. Y después es importante observar si se produce solo de noche , de día o una mezcla de ambas, Las causas pueden ser de diversa índole, ya sea por un adiestramiento del control de esfínteres retrasado o laxo, estrés psicosocial o de tipo hereditario, ya que el 75% de todos los enuréticos tiene un familiar biológico en primer grado que también ha sufrido el trastorno. Existen varios subtipos que en este apartado no podemos explicar porque es muy extenso. Sólo destacar los problemas emocionales añadidos a un niño que se sigue haciendo pipi y caca en la cama, por ejemplo en unos convivencias del colegio. Aunque el problema se solucione, las repercusiones emocionales que sufre el niño en algunas situaciones, pueden dejar su huella, por lo que es importante tratar el problema a tiempo.
Trastornos del sueño infantil
Este tipo de problema, tiene muchas causas posibles, tanto físicas, ambientales, psicológicas. En la mayorías de los casos, está reflejando otro tipo de problema añadido, por lo que es necesario analizar todos estos factores. Otras veces, el problema consiste en un mal hábito desde que son más pequeños, ya que se acostumbraron a dormir en otra habitación que no era la suya y tienen un mal hábito que hay que aprender a corregir.
Estas dificultades pueden ser de muchos tipos. Analizamos y evaluamos previamente todas las necesidades ya sean por baja comprensión verbal, falta de planificación, poca capacidad de concentración, velocidad lectora, dislexias ...Te orientamos y asesoramos a conseguir lo mejor de tus hijos, los resultados te sorprenderán.
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