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La pareja, tú y yo

 

 

Saber amar, saber convivir, saber compartir... Dicen que el amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección.

Y es justo en ese sentido, en la falta de proyectos comunes donde muchas parejas empiezan a notar los primeros síntomas de una desarmonización en su relación.

La pareja es compleja, ya que es más que la suma de dos personas que se quieren. Hay una relación que se va construyendo, la pareja misma ya constituye un ente con identidad propia. Son tres por tanto los habitantes de ese mundo especial en el que conviven la pareja.

Y esa relación de pareja que va creciendo, como si de un niño se tratara tiene sus fases evolutivas, fases que hay que respetar y saber entender para ir creciendo naturalmente. Muchos se saltan etapas, no tienen bien construidas la base o dan demasiada importancia a otros elementos que con el tiempo desaparece. La clave...la paciencia, la atención y por elegir una palabra sinónima de amor......(no es sexo)....es el hecho de "cuidarse" mutuamente, porque lo que te importa y amas, lo cuidas con esmero y paciencia.

En nuestra vida diaria vivimos con prisa, y parece que es obligado ver resultados rápidos y si no los tenemos a corto plazo, renunciamos a nuestras metas.

¿Conocéis como crece el bambú japonés? Durante los primeros siete años aparentemente no crece, a pesar de estar cuidando las plantas...pero en ese séptimo año...la planta de repente crece en seis semanas más de 30 metros. ¿Qué ha ocurrido? Pues que esa aparente inactividad de esos primeros siete años, no era real, la planta si crecía, estaba desarrollando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento posterior.

Desde luego que la planta no iba a crecer más rápido por tirar de ella o por gritarle: ¡crece!. El crecimiento fue fruto de la paciencia y del cuidado.

Los elementos fundamentales a tener en cuenta en una relación evolucionan con el paso del tiempo. Siguiendo la teoría psicológica del amor de Robert J. Sternberg, existen tres factores a tener en cuenta: intimidad, pasión y compromiso.

Cada pareja es un mundo y su evolución es muy peculiar, pero es muy frecuente que cada uno de estos factores tenga un mayor protagonismo en diferentes momentos de la historia de la pareja. Así, al principio suele ser mayor el interés por los comentarios más íntimos y revelar secretos mutuos. En otro momento cobra mayor protagonismo la pasión, el deseo, el sexo. Y en otro momento lo importante es la decisión de estar juntos. Por supuesto que deben existir estos tres elementos en mayor o menor medida, pero también es cierto que en cada momento uno de ellos es considerado más importante por la pareja.

Estar enamorado y saber amar, son procesos diferentes que indican una maduración de la pareja diferente.

Muchas parejas se rompen actualmente. El número total entre divorcios, separaciones y nulidades según datos del Instituto Nacional de Estadística se mantiene más o menos constante desde el año 2000. Por ejemplo, en el año 2012 se produjeron en total 110.764 .

¿Qué está pasando? No sabemos evolucionar desde el hecho de estar enamorado a saber amar o tenemos mucha prisa por ver resultados, o es que nadie nos dijo que amar es cuidarse, o quizá damos demasiada importancia solo al sexo, o solo a la intimidad o sólo al compromiso. No sabemos esperar y asentar bien las bases de una buena relación, la paciencia, la comunicación. No sabemos compartir responsabilidades, crear pactos y acuerdos, convivir valorando las tareas que cada día hace el uno por el otro. No entendemos que la pareja es una entidad propia que se debe trabajar y construir...

Nadie dijo que saber amar fuera fácil, pero sí que merece la pena amar y ser amado.